jueves, 2 de octubre de 2025

¿ERA JUSTO BALB0A?

 



3.4 -TALLER DIGITAL EN EL HOGAR.

BALBOA EN EL DARIÉN  Y SU FORMA DE IMPARTIR  JUSTICIA

INSTRUCCIONES:

Debe usted, joven, leer completamente el documento y contestar en la sección de comentarios, en forma de ensayo y no como cuestionario, las siguientes preguntas: 1. ¿Exactamente por qué Balboa impartió justicia o cuál fue el crimen cometido? 2. ¿Cómo impartió justicia y cuál fue el doble castigo impuesto?  3. ¿Cuál es mi opinión personal sobre la justicia de Balboa, estás de acuerdo con que hizo bien o en desacuerdo? Debe usarse un párrafo para cada pregunta o grupo de preguntas y un párrafo inicial adicional para el saludo a la clase y al profesor.  En total , cuatro párrafos.


FECHA DE ENTREGA: Domingo 4 de octubre entre 8 y 9.30 de la noche. Debes hacer un recorte y enviarlo al ´profesor como prueba de la hora en que lo confeccionó y además, debe reproducir el texto completo en el cuaderno para su evaluación en el aula de clase


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FRAGMENTO DE la Historia General y Natural de la Indias del cronista Gonzalo de Oviedo.   Página 20

“…y el cagique della se llamaba Torecha, y púsosele en defensa y matáronle en la guagábara á él y algunos indios suyos; y allí se halló un hermano suyo, vestido como müger, con   naguas, y usaba como muger, con los hombres, y otros dos indios de la mesma manera, que usaban como mugeres y assi con naguas : y los tenía el cacique por mancebas. Y esto se hacia en aquellas partes principalmcnte entre los caciques é otros indios, que se presciaban de tener tres é quatro, y aun veynte indios, para este sucio y abominable pecado. Y en aqueste viage hizo Vasco Nuñez quemar é aperrear quassicinqiienta destos, y los mismos caciques se los traían sin se los pedir, desque vieron que los mandaba matar, lo qual hacia porque les daba á entender que Dios en el cielo estaba muy enojado con ellos, porque hagian tal cosa, y por esso caian tantos rayos é tan espantables truenos; é por esso no les quería dar Dios el mahiz y la yuca. Y deste temor, porque Dios aplacasse su ira, le llevaban aquellos camayoas…”

 

INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN

 

DESCRIPTOR

ptos

 

1

Saludo inicial completo al profesor y los compañeros

5

 

2

cuatro párrafos

10

 

3

Contesta cada una de las preguntas o grupo de preguntas formuladas.

5

 

4

Buen y suficiente contenido.

10

 

5

Ortografía y redacción correcta.  Apariencia de ensayo crítico.

10

 

6

Autoevaluación crítica

10

 

7

 

50

 

 




LOS HECHOS NARRADOS POR DE LAS CASAS SOBRE TIERRA FIRME-PEDRARIAS

 


INSTRUCCIONES: Usted, joven estudiante debe leer todo muy bien antes de empezar. Al final debe publicar sus respuesta en la sección de comentarios. Publique su comentario y luego envíe un recorte de pantalla como prueba de la hora en que realizó su post o comentario. Luego, reproduzca su comentario completo, para ser evaluado en el aula de clases. Este post deberá ser entregado entre las 4 y las seis de la tarde del día 3 de octubre. El que no pueda hacerlo por un motivo poderoso y comprobable lo hará en horario de 9.30 p.m.  a 10.00 p.m. y debe explicar el motivo poderoso por no haber cumplido el horario, al inicio de su post. 

El día de hoy analizaremos otro fragmento de la obra ya tratada en clases denominada Brevísima Relación de la Destrucción de la Indias, en la parte de América que en ese entonces ya se  llamaba Tierra Firme.  Esta sección o nueva gobernación ya había tenido un gobernador (Diego de Nicuesa) cuyo destino o muerte no se sabía cuál había sido, pero en lo cual, con toda seguridad, había influido Vasco Núñez de Balbo, que además, como si fuera poco, se había encargado de neutralizar al Bachiller Fernández de Enciso y que, además, se percibía como un rebelde peligroso. Ese nuevo gobernador venía con un verdadero séquito. Imaginémoslo, desembarcando en Santa María la Antigua del Darién, con cientos de acompañantes, con los nuevos funcionarios y capitanes, vestido de seda y con la intención de juzgar rápidamente a Balboa y ajusticiarlo.

En el trabajo usted, joven estudiante contestará o hará su comentario como ensayo, sin copia, sin uso de I.A., con sus palabras de forma coherente y sin que su respuesta guarde ningún parecido con un cuestionario estilo “PRIMER CICLO”. Doy por sentado, que trato con estudiantes con mayor madurez, creatividad y uso del pensamiento crítico.  Deberá contestar las siguientes preguntas sin escribirlas en el texto o comentario o post: 1. ¿Quién era el nuevo gobernador o cuál era su nombre?  2. ¿De qué fue testigo fray Francisco de san Román en cuánto a castigos y número de muertes?  3. ¿Cuántos muertos en total dice De las Casas que provocó el nuevo gobernador y cómo exactamente trataban a las mujeres?  4. ¿Qué es el requerimiento y cómo lo aplicaban, y qué provecho sacaban de él, los españoles? 5. ¿Qué aprendiste relevante en esta lectura?

El primer párrafo lo iniciarás así.  “Saludos a mis compañeros y al profesor….”.  “En esta ocasión estaré compartiendo con ustedes mis palabras sobre…”

El segundo párrafo lo iniciarás así: “Sobre los excesos cometidos por el “infelice gobernador”, en las tierras que algún día se convertirían en la república de Panamá, me gustaría compartir con ustedes lo que cita De las Casas, que escuchó de un Fray llamado Francisco de San Román. Él dice, sobre las acciones de ese capitán y los muertos ocasionados, que…”

El tercer párrafo lo iniciarán así: “Como si esto no fuese suficiente, me causa… (habla el estudiante) la cantidad de muertos que ocasionó ese gobernador y sus capitanes, porque en la lectura vemos cuando se menciona que…”

El cuarto párrafo lo iniciarán así: “Pero, si había algo que me impactó fue la forma como aplicaban el requerimiento como excusa para sacar provecho. Ellos, los españoles,…”

El quinto párrafo lo iniciarán así: “No puedo creer la cantidad de muertos que provocaron en estas tierras…”

El sexto párrafo lo iniciarán así:  “Esta lectura tiene para mí mucho valor porque me ha ayudado a comprender y a reafirmar ...”

CRITERIOS:

SALUDOS ……..5 PUNTOS

CONTENIDO…..50 PUNTOS

REDACCIÓN Y ORTOGRAFÍA……10 PUNTOS


A continuación, seleccione la butaca, siéntese cómodamente y dispóngase a disfrutar( o a enojarse) al hacer la lectura.

Fragmento de la Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias de Fray Bartolomé de las Casas.

Tomado de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y disponible en el siguiente enlace:

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/brevsima-relacin-de-la-destruccin-de-las-indias0/html/847e3bed-827e-4ca7-bb80-fdcde7ac955e_18.html

“El año de mil y quinientos y catorce pasó a la Tierra Firme un infelice gobernador, crudelísimo tirano, sin alguna piedad ni aun prudencia, como un instrumento del furor divino, muy de propósito para poblar en aquella tierra con mucha gente de españoles. Y aunque algunos tiranos habían ido a la Tierra Firme y habían robado y matado y escandalizado mucha gente, pero había sido a la costa de la mar, salteando y robando lo que podían. Mas éste excedió a todos los otros que antes dél habían ido y a los de todas las islas, y sus hechos nefarios a todas las abominaciones pasadas. No sólo a la costa de la mar, pero grandes tierras y reinos despobló y mató, echando inmensas gentes que en ellos había a los infiernos. Éste despobló desde muchas leguas arriba del Darién hasta el reino y provincias de Nicaragua inclusive, que son más de quinientas leguas, y la mejor y más felice y poblada tierra que se cree haber en el mundo, donde había muy muchos grandes señores, infinitas y grandes poblaciones, grandísimas riquezas de oro, porque hasta aquel tiempo en ninguna parte había parecido sobre la tierra tanto, porque aunque de la isla Española se había henchido casi España de oro y de más fino oro, pero había sido sacado con los indios de las entrañas de la tierra de las minas dichas, donde, como se dijo, murieron. Este gobernador y su gente inventó nuevas maneras de crueldades y de dar tormentos a los indios porque descubriesen y les diesen oro. Capitán hubo suyo que en una entrada que hizo por mandado dél para robar y extirpar gentes mató sobre cuarenta mil ánimas, que vido por sus ojos un religioso de San Francisco que con él iba que se llamaba fray Francisco de San Román, metiéndolos a espada, quemándolos vivos y echándolos a perros bravos y atormentándolos con diversos tormentos. Y porque la ceguedad perniciosísima que siempre han tenido hasta hoy los que han regido las Indias en disponer y ordenar la conversión y salvación de aquellas gentes, la cual siempre han pospuesto (con verdad se dice esto) en la obra y efecto, puesto que por palabra hayan mostrado y colorado o disimulado otra cosa, ha llegado a tanta profundidad que hayan imaginado y practicado y mandado que se les hagan a los indios requerimientos que vengan a la fe y a dar la obediencia a los reyes de Castilla; si no, que les harán guerra a fuego y a sangre y los matarán y cativarán, etc. Como si el hijo de Dios que murió por cada uno dellos hobiera en su ley mandado cuando dijo: «Euntes docete omnes gentes»  que se hiciesen requerimientos a los infieles pacíficos y quietos y que tienen sus tierras propias; y si no la recibiesen luego sin otra predicación y doctrina, y si no se diesen a sí mesmos al señorío del rey que nunca oyeron ni vieron especialmente, cuya gente y mensajeros son tan crueles, tan desapiadados y tan horribles tiranos, perdiesen por el mesmo caso la hacienda y las tierras, la libertad, las mujeres e hijos con todas sus vidas, que es cosa absurda y estulta y digna de todo vituperio y escarnio e infierno. Así que, como llevase aquel triste y malaventurado gobernador instrución que hiciese los dichos requerimientos, para más justificallos (siendo ellos de sí mesmos absurdos, irracionables e injustísimos) mandaba, o los ladrones que enviaba lo hacían cuando acordaban de ir a saltear y robar algún pueblo de que tenían noticia tener oro, estando los indios en sus pueblos y casas seguros, íbanse de noche los tristes españoles salteadores hasta media legua del pueblo, y allí aquella noche entre sí mesmos apregonaban o leían el dicho requerimiento, diciendo: «Caciques e indios desta tierra firme de tal pueblo, hacemos os saber que hay un Dios y un Papa y un rey de Castilla que es señor de estas tierras: venid luego a le dar la obediencia, etc. Y si no, sabed que os haremos guerra y mataremos y cativaremos, etc.». Y al cuarto del alba, estando los inocentes durmiendo con sus mujeres e hijos, daban en el pueblo poniendo fuego a las casas, que comúnmente eran de paja, y quemaban vivos los niños y mujeres y muchos de los demás antes que acordasen. Mataban los que querían, y los que tomaban a vida mataban a tormentos por que dijesen de otros pueblos de oro o de más oro de lo que allí hallaban, y los que restaban herrábanlos por esclavos.

Iban después, acabado o apagado el fuego, a buscar el oro que había en las casas. Desta manera y en estas obras se ocupó aquel hombre perdido con todos los malos cristianos que llevó desde el año de catorce hasta el año de veinte y uno o veinte y dos, enviando en aquellas entradas cinco y seis y más criados, por los cuales le daban tantas partes (allende de la que le cabía por capitán general) de todo el oro y perlas y joyas que robaban y de los esclavos que hacían. Lo mesmo hacían los oficiales del rey, enviando cada uno los más mozos o criados que podía; y el obispo primero de aquel reino enviaba también sus criados por tener su parte en aquella granjería. Más oro robaron en aquel tiempo de aquel reino (a lo que yo puedo juzgar) de un millón de castellanos, y creo que me acorto, y no se hallará que enviaron al rey sino tres mil castellanos de todo aquello robado, y más gentes destruyeron de ochocientas mil ánimas. Los otros tiranos gobernadores que allí sucedieron hasta el año de treinta y tres mataron y consintieron matar, con la tiránica servidumbre que a las guerras sucedió, los que restaban. Entre infinitas maldades que éste hizo y consintió hacer el tiempo que gobernó, fue que dándole un cacique o señor de su voluntad o por miedo (como más es verdad) nueve mil castellanos, no contentos con esto prendieron al dicho señor y átanlo a un palo sentado en el suelo y, extendidos los pies, pónenle fuego a ellos porque diese más oro, y él envió a su casa y trajeron otros tres mil castellanos; tórnanle a dar tormentos y, él no dando más oro porque no lo tenía o porque no lo quería dar57, tuviéronle de aquella manera hasta que los tuétanos le salieron por las plantas, y así murió. Y déstos fueron infinitas veces las que a señores mataron y atormentaron por sacalles oro.

Otra vez, yendo a saltear cierta capitanía58 de españoles, llegaron a un monte donde estaba recogida y escondida por huir de tan pestilenciales y horribles obras de los cristianos mucha gente, y dando de súbito sobre ella, tomaron setenta o ochenta doncellas y mujeres, muertos muchos que pudieron matar. Otro día juntáronse muchos indios e iban tras los cristianos peleando, por el ansia de sus mujeres e hijas; y viéndose los cristianos apretados, no quisieron soltar la cabalgada, sino meten las espadas por las barrigas de las muchachas y mujeres, y no dejaron de todas ochenta una viva. Los indios, que se les  rasgaban las entrañas de dolor, daban gritos y decían: «Oh, malos hombres, crueles cristianos, ¿a las iras matáis?». Ira llaman en aquella tierra a las mujeres, cuasi diciendo: «Matar las mujeres señal es de abominables y crueles hombres bestiales».

A diez o quince leguas de Panamá estaba un gran señor que se llamaba Paris, y muy rico de oro. Fueron allá los cristianos y recibiólos como si fueran hermanos suyos, y presentó al capitán cincuenta mil castellanos de su voluntad. El capitán y los cristianos parecióles que quien daba aquella cantidad de su gracia que debía de tener mucho tesoro, que era el fin y consuelo de sus trabajos; disimularon y dicen que se quieren partir, y tornan al cuarto del alba y dan sobre seguro en el pueblo, quémanlo con fuego que pusieron, mataron y quemaron mucha gente, y robaron cincuenta o sesenta mil castellanos otros, y el cacique o señor escapóse, que no le mataron o prendieron. Juntó presto la más gente que pudo y a cabo de dos o tres días alcanzó los cristianos, que llevaban sus ciento y treinta o cuarenta mil castellanos y da en el los varonilmente y mata cincuenta cristianos y tómales todo el oro, escapándose los otros huyendo y bien heridos. Después tornan muchos cristianos sobre el dicho cacique y asoláronlo a él y a infinita de su gente, y los demás pusieron y mataron en la ordinaria servidumbre. Por manera que no hay hoy vestigio ni señal de que haya habido allí pueblo ni hombre nacido, teniendo treinta leguas llenas de gente de señorío. Déstas no tienen cuento las matanzas y perdiciones que aquel mísero hombre, con su compañía, en aquellos reinos que despobló hizo.”






¿ERA JUSTO BALB0A?

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